Y Sus Manos

Hablamos durante horas y horas en la casi completa oscuridad de la noche.

La conversación evidenciaba cientos de ejemplos de SINCRONICIDAD en nuestras vidas...

Y cada nueva coincidencia nos animaba a querer conocernos más y más ...como si el cósmos estuviera dando el resultado de la lotería anunciando nuestros números  uno por uno.

Así que continuamos desnudándonos emocionalmente sin tocarnos, algo absolutamente erótico, hasta el punto de alcanzar a ver nuestros corazones como a través de una vitrina.

Y como no, hablamos del fantasma de la soledad .

A partir de una edad es algo que asusta y paraliza a TODO SER HUMANO. Al que se siente solo porque está SOLO,  y al que se siente solo ACOMPAÑADO, y al que ha encontrado el amor y no quiere ni pensar en la posibilidad de perderlo.

*El miedo a la soledad hace que, incluso cuando el amor se ha terminado en la pareja, sea el recuerdo de que un día existió, motivo suficiente para seguir juntos y vivir con ello como consuelo.

Algo con lo que ninguno de los dos comulgábamos afortunadamente.

Me fijo mucho en las manos de un hombre, y en como las utiliza para gesticular.

Si además el hombre me atrae, me imagino como será entrelazar mis dedos entre los suyos  .....si tendrá un agarre firme y fuerte, una palma de la mano blandita o rugosa, ....si nuestras energías conectarán como dos polos.. o si será un acto aburrido en el que no sienta NADA ,.. como cuando sostienes un trapo de la cocina.

Cientos de ideas y pensamientos románticos  y originales fluyen por mi cabeza, estableciendo nuevos circuitos neuronales, sin que mi interlocutor sea en absoluto consciente.

Por Eso Me Gusta Siempre Preguntar Y Me Inquieta Saber Por Voz De Sus Protagonistas, Que Ocurre Realmente En La Cabeza Del Prójimo, ...Porque Soy  Consciente De Que A Simple Vista Nadie Podría Adivinar La Increíble Actividad Que Hay Dentro De La Mía Y Que Pasaría Totalmente Desapercibida Para Los Demás. ;)

Luego me acercó a casa . 

Y cuando me bajé del coche y nos despedimos con dos besos tuve claro que acababa de encontrar a un gran candidato a ser el hombre de mi vida.